2009
El 2009 comenzó literalmente con todo. Las enormes batallas que acaban de suceder en la contraposición de algunos ilustres valores veteranos ante otras tantas impetuosas figuras del presente, dan la idea acabada de la extrema competitividad por la que atravieza el deporte en estos días. Y como han acaecido una serie de derivaciones de hecho inesperadas, se podría decir que todo esto deja un saldo provisoriamente promisorio.
Las presentaciones que se aguardaban con mayor avidéz en los primeros meses del año, ya sobrepasaron las mejores expectativas que se hubiera podido tener de ellas. Antes del inicio de este nuevo año, todo aparentaba estar en camino a convertirse en un nuevo ciclo del boxeo. Un ciclo de predecible recambio.
El 2008 había dejado la impresión de ser el punto de comienzo para un marcado recambio general y generacional de las categorías vedettes y parecía que se veía venir brutalmente. Grandes animadores de esas categorías a lo largo de casi dos décadas, como Oscar de la Hoya, Bernard Hopkins, Joe Calzaghe, Shane Mosley o Ronald Wright entre otros, hacía tiempo que libraban una ardua batalla contra el paso del tiempo y la hora de llegada del inexorable retiro. Algunas salidas a escena con paso en falso durante el 2008, daban una madura impresión de que el salto de página para todas esas luminarias ya quedaba a la vuelta de la esquina.
Ahora se ha visto que la sensación de cambio no guardaba otra relación más que con la de la seriedad con la que se tomaba la continuación de cada una de esas carreras. En el caso de Oscar de la Hoya o Joe Calzaghe se pudo comprobar que ambos eran boxeadores decididos y a punto de asumir la decisión del retiro con independencia de los resultados inmediatos.
El resto está empeñado en expandir las marcas que señalan el límite hasta el que se puede bravear dentro de la alta competición. Y es más, están empeñados en abolir todo tipo de limitación cronológica, por lo que ya ni siquiera consideran el momento de pensar en replegar las armas.
El reciclamiento -o saludable selección natural- entre lo mejor del pasado reciente y las figuras protagonistas de las nuevas etapas del boxeo, viene a sembrar condiciones que podrían preceder el florecimiento de una nueva era histórica.
Mosley y Margarito, Darchinyan y Arce, Marquez y Juan Díaz, son solo el emergente visible de ese extraordinario -aunque remanido- fenómeno, como es el de la lucha entre el ayer y el hoy, que viene revitalizando el interés del público boxístico internacional y que a fuerza de inesperados golpes de escena y de grata sorpresa, está derramando un efecto contagioso de superación y excelencia hacia todo el conjunto de las distintas categorías.En breve, este movimiento intentará continuar evolucionando a través de pasos muy interesantes, como las pulseadas que inmediatamente darán Paul Williams(27) vs Winky Wright(38), Amir Khan(22) vs Marco Antonio Barrera(35), Jamie Moore(30) vs Michele Piccirillo(39), Mike Alvarado(28) vs Emmanuel Clotey(35) y seguramente asistiremos a nuevos relatos apasionantes, donde la trama preferida incluya necesariamente a los actores de antaño.
Pero ya mismo estamos asistiendo al tiempo trascendente de la materialización de un viejo anhelo del deporte: el de la expansión del período de plenitud física (prime span), con excelencia más calidad en el primer plano de la competición global. No solo los veteranos han probado más de una vez ser extremadamente competitivos en contextos de escasez de nuevas figuras, sino que han venido a destronar y demitificar la creencia ciega de la imbatible importancia de los portentos físicos, especialmente de aquellos forjados en los gimnasios y centros de entrenamientos modernos, al amparo el state of the art de la moderna tecnología o de la ciencia nutricionista.
Viejos y jóvenes se han valido con igual oportunismo de esas espectaculares ventajas de la moderna preparación, y como consecuencia se ha estrechado notablemente el margen que separa a todo el conjunto de los peleadores, del tope de su excelencia física anhelable o teórica. En estas condiciones de emparejamiento a niveles extraordinarios de calidad atlética, la dilatada experiencia arriba del ring puede hacer la diferencia. Y puede abrir un mundo de nuevas posibilidades para aquellos "especialistas" que dominan las técnicas del boxeo histórico, posibilitando su contínua vigencia competitiva, sin ninguna limitación cierta que pueda establecer un techo de edad visible al que ya no se pueda continuar prolongando el atraso del reloj biológico.
En concordancia con los contínuos sacudimientos del terreno pugilístico por sus causas orográficas más antiguas, se proyectan ahora otras infinitas variables de cruces competitivos entre las figuras que pasan por la mejor hora de nitidez corporal. La encrucijada del próximo 2 de mayo en el MGM de Las Vegas Nevada, entre los ases mediáticos del peso superligero, Manny Pacman Pacquiao(30) y Ricky The Hitman Hatton(30) es solo la punta del iceberg y más allá de confirmar que el boxeo está más vibrante que nunca, dice a la vez que contrariamente a una supuesta pérdida de terreno en favor de otras disciplinas de contacto, el mundo del boxeo sigue andando a la par de los deportes movilizadores de mayores masas.
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