PEDRO RUBEN DECIMA
Nació un 10 de marzo de 1964 en la población tucumana de Benjamín Aráoz, posteriormente se radicaría en Del Viso, provincia de Buenos Aires.
Con 20 años de edad integró el equipo olímpico argentino que participó de la Olimpíadas (Juegos de Verano) de Los Angeles en 1984. Por entonces, andaba por debajo del límite de la categoría gallo (54 kgs).
Obtuvo un par de triunfos iniciales y luego cayó en cuartos de final ante el canadiense Dale Walters quedando a las puertas de lo que hubiera podido ser un extremadamente preciado bronce olímpico.
La Argentina, otrora cuna de formidables campeones deportivos, sumaba ya su tercer olimpíada sin conseguir medalla alguna. La racha del medallero, que se había interrumpido con Alberto Demiddi (remo) en 1972, recién se cortaría con Gabriela Sabatini (tenis femenino) en 1998.
de Demiddi a Gaby Sabatini, 16 años de sed olímpica
El boxeo del mundo pasaba por tiempos esplendorosos. Una camada de grandes campeones en las categorías intermedias había reemplazado a las inmortales leyendas de los pesos completos de las décadas del '60 y '70. Algunos medallistas olímpicos como Meldrick Taylor, Pernell Whitaker o Evander Holyfield darían por concluídas sus gloriosas campañas amateurs e ingresarían fulgorosamente al terreno profesional para continuar haciendo historia.
Favoreciendo esa misma tendencia, Pedro Décima comenzó la etapa rentada solo tres meses después de aquella experiencia de Los Angeles. Pasaba a competir casi 3 kgs más arriba, en el peso de los supergallos. En los dos años exactos que van desde noviembre de 1984 a noviembre de 1986 realizó 14 presentaciones exitosas, tuvo 10 triunfos por la vía del nocaut y 4 por puntos.
Los escenarios de sus tempranos éxitos fueron mayormente el Estadio Luna Park -que aún comandaba el legendario Tito Lectoure y el Estadio Polideportivo de Mar del Plata.
Su estilo de guardia diestra, porte refinado y elegante, con estocadas rápidas y precisas, no era muy propicio para que se le viera protagonizar riñas campales ni desordenadas. Por el contrario, su contundencia radicaba en la simpleza con la que acometía contra la imprecisión del contrario. Un Pedro Rubén Décima, colocado ante un novato o un boxeador de escasos recursos técnicos podía desarrollar su eficáz boxeo en la corta distancia, y casi con seguridad terminaría noqueando a su rival por el acierto de alguno de sus muchos latigazos ascendentes o por el envío del alguno de sus directos netos, los cuales sabía cargar bien con todo el peso de su cuerpo.
Por esos días de mediados de los '80, uno de los pocos rivales de temer era el veterano cordobés de Villa Dolores, de más de 100 peleas rentadas, Ramon Balbino Soria. La primera versión del cruce entre ambos se celebró en julio del '86, y terminó con un "inesperado" nocaut en el segundo round a favor del tucumano. La segunda de esa saga, fue por puntos para el cordobés pero al final de los 12 rounds.
Después de ese primer traspié ante Soria, Décima alcanzaría el título supergallo de la FAB a la siguiente pelea, frente a Ramon Antonio Dominguez. Su primera defensa ante Carlos Alberto Laciar en octubre del '87, pasó con éxito.
Después, con el fuerte auspicio profesional de Tito Lectoure, el campeón argentino renunció a sus fueros para continuar su carrera en los EE.UU.
Avanzó en tierra americana en 1988 ganándole con convincentes nocauts en los primeros rounds a Allan Makitoki y Jesse Benavides, dos peleas que tuvieron lugar en el mismísimo Caesar Palace de Las Vegas.
Luego vino su primer nocaut a manos de Louie Espinoza, y cerró posteriormente ese año con otro triunfo categórico en Las Vegas, ante Robert Shannon.
La primera mitad del año 1989 fue la mejor etapa de Décima en los EE.UU.. Venció a Robert Shannon (ko4), al muy rodado Julian Solis (fallo unánime) y a los principiantes Tony Pruitt y Joe Orewa.
En 1990 regresó al país y efectuó dos peleas más. La segunda, con Pedro Florindo Villegas, tuvo pormenores dramáticos. Décima anduvo por el piso en el segundo y en el décimo round, pero terminó ganando por decisión médica en la última vuelta.
La segunda parte de ese año 1990 estuvo dedicada a la preparación de la pelea por el título mundial del CMB, que tenía pactada con el californiano Paul Banke.
A pesar del favoritismo previo de Banke y del fuerte marco de localía que suponía el Forum californiano de Inglewood, el 5 de noviembre de 1990 Pedro Rubén Décima se convirtió en el decimocuarto campeón mundial argentino de boxeo y duodécimo campeón supergallo del CMB, y se calzó el mismo cinturón que a través de los tiempos también lucieran nombres tan ilustres como los de Wilfredo Gomez, Lupe Pintor, Daniel Zaragoza, Erik Morales, Israel Vazquez, Rafael Marquez, o el actual Toshiaki Nishioka.
El impacto de esta resonante consagración, amplificado al ámbito deportivo argentino de entonces, le valió el Olimpia de Oro de la edición 1990 otorgado por el Círculo de Periodistas Deportivos. Este es el máximo galardón que se otorga anualmente a los deportistas profesionales en la República Argentina desde 1954 y el boxeo es la disciplina que más veces ha conseguido esas estatuillas.
La búsqueda de mejores salidas económicas llevó la primera defensa del nuevo título hasta la ciudad japonesa de Nagoya. Fue así como en febrero de 1991 el púgil de Del Viso resignó su corona a manos del local Kiyoshi Hatanaka y sufrió una caída sin atenuantes en una pelea pareja donde se impuso la fortaleza del noqueador japonés.
En ese contexto, tanto para Zabala como para Décima, otra vez firmes contendientes al título, la definición de este pleito tendría suma importancia de cara al futuro. El combate iría agregado a la misma cartelera que por la triple corona de los pesos pesados (CMB, AMB, FIB), sostendrían el campeón Evander Holyfield y el antiguo monarca de la división Larry Holmes, que ahora andaba por los 43 años. (En otro combate preliminar de ese mismo evento, otro argentino, el mediano Ruben Darío Cabral cayó derrotado en 4 rounds por Randy Smith.)De vuelta al ruedo local, entre fines del '91 y mediados del '92 efectuó 3 combates. Derrotó sucesivamente a Hugo Escudero, Cirilo Figueredo y a Roberto Schonning. Nuevamente, en junio de 1992, por intermedio de Juan Carlos Lectoure, regresó al Caesar Palace de Las Vegas y a la última corrida fuerte de su carrera.
El camino elegido para recobrar el cetro cedido ante Hatanaka en Japón, era Rudy Zavala un peleador carismático del circuito de la Costa Oeste e invicto en 17 peleas y a la postre campeón americano (NABF, USBA) y Continental.
La faja supergallo del CMB parecía no tener un dueño cierto. En menos de dos años había pasado de Banke a Décima, de Décima a Hatanaka, de Hatanaka a Dani Zaragoza, de éste a Thierry Jacob y finalmente aterrizaba en manos del "El Cesar" Tracy Harris Patterson.
La plaza del Caesar Palace Hotel donde se había montado el ring, quedaba completamente a cielo abierto. A mediatarde el calor del insipiente verano era agobiante y las graderías estaban casi despobladas. Las Vegas está en medio del desierto y para la hora de la pelea de los argentinos el termómetro subió a los 112º F (unos 44,5º C).
Las alternativas del combate, que al principio se presentó levemente favorable a la técnica y precisión del boxeador tucumano, derivaron en una desafortunada herida cortante sobre el parietal izquierdo del argentino con importante pérdida de sangre. Eso causó que el ex campeón se apartara de su orden habitual y de su táctica serena de contragolpeador, provocando el golpe de efecto y de ánimo que Zabala necesitaba para salir a forzar las acciones de manera intespestiva. El mayor desorden que adquirió la lucha, volcó el desarrollo posterior de las acciones en favor de Zabala, de una manera decisiva.
Al final, resultó nocaut técnico en el sexto capítulo y ese mismo fracaso ante Rudy Zabala apuró el camino del retiro definitivo. Durante 1993, disputó otras tres peleas en Argentina, pero habiendo tomado ya los dividendos de las más altas metas deportivas a su alcance, con solo 29 años, se despidió del boxeo profesional, el 23 de octubre de 1993 con una victoria por nocaut ante el brasileño Almir Fernandes de Oliveira. Su vida continuaría ligada al boxeo desde abajo del ring.
Por su lado, Rudy Zabala cayó noqueado a su siguiente pelea y nunca pudo llegar a alcanzar la consagración ecuménica. En un lamentable accidente de tránsito, perdió la vida el 4 de julio de 1998. Tenía apenas 29 años.
Rudy Zabala ante Max Gomez
Record de Pedro Rubén Décima
Ganó 31 (KO 21), perdió 4 (KO 3) y empató 0 = 36
rounds combatidos 211 - porcentaje de Ko 58.33%
Ganó 31 (KO 21), perdió 4 (KO 3) y empató 0 = 36
rounds combatidos 211 - porcentaje de Ko 58.33%
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EL CIELO RECURRENTE
9 Marzo 2009. El ex campeón supergallo del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), el tucumano Pedro Décima, dirigirá una escuela de boxeo municipal en la localidad de Derqui, partido de Pilar, en el norte del Gran Buenos Aires. Décima dictará clases de boxeo a adolescentes de doce años en adelante, en el marco del lanzamiento de las jornadas preparatorias para los Juegos Deportivos bonaerenses.
Según indicó el director de Deportes de la comuna (de Presidente Derqui), Juan Carlos Arroyo, se espera que las clases se inicien en dos semanas en el salón de usos múltiples de la delegación de Derqui.
En cuanto al propósito de la escuela, el funcionario aclaró que:
“el objetivo no es sacar campeones de box, sino ayudarles a hacer actividad física a chicos que no les interesa otra cosa”.
“La idea –agregó- es sacar a chicos de la calle que no se enganchan con otro deporte”.Las clases estarán a cargo del ex campeón mundial supergallo, Pedro Décima, quien además es vecino de la localidad de Del Viso.
“Es un campeón del mundo, tiene mucha experiencia y las charlas que tuvimos han sido muy importantes y merece el mayor de los respetos por como piensa”, aseguró Arroyo.
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