domingo, octubre 26, 2008

Golota, golpes bajos al paso del tiempo

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Andrzej Golota!





A punto de cumplir 16 años de boxeo profesional, y a escasas horas de su cumpleaños número 40, Andrzej Golota, el más popular peso completo nacido en tierra polaca, con su nombre americanizado (Andrew) para consumo interno de su ciudad de elección, Chicago-Illinois, donde prácticamente realizó la mayor parte de su campaña, es uno de esos boxeadores que ha visto pasar muchas aguas bajo su puente.



Pero en lugar de aprovechar esas aguas de manera sensata, por algún motivo que podría ser materia para un estudio psicológico más profundo, siempre prefirió volcarle alguna de sus muchas latas de desperdicios. "Andrew" fue múltiple Campeón Polaco del amateurismo y medallista de bronce olímpico en 1988 en Seoul. Luego se mudó a Illinois y comenzó su ascendente carrera en los entarimados del boxeo profesional norteamericano, regalando nocauts a diestra y siniestra en un gran número de viernes y sábados del año 1992. Ese primer año de campo rentado tuvo un balance ideal de 8-0-0 con 7 nocauts, 5 de los cuales se consumaron en la primera vuelta.





Precisamente a finales de 1992 le dió casi el retiro al veterano Young Joe Louis, noqueándolo a los 2.49" de la campana inicial. Su derrotero de entre semana siguió con la misma contundencia en 1993, esta vez fueron 6 nocauts sobre 7 triunfos consecutivos, todos ante rivales de escaso y ningún relieve. Excepto en su novena presentación, cuando tuvo delante al fogueado Bobby Crabtree, (40 años y 72 peleas) para despacharlo en solo 1,14" de pelea. 1994 marcó una etapa de contínuo monólogo en la vida del noqueador europeo. Fueron otras 6 victorias consecutivas por la vía rápida, 4 de ellas en el primer round, y por fin, en su última pelea de ese año, "Andrew," "The Foul Pole" (El polaco tramposo) pudo conocer por primera vez cómo era llegar hasta el séptimo round. Ese fue el tiempo que le insumió poner a dormir al duro hueso de Darren Hayden, en el mítico MGM Grand de Las Vegas. Haciendo una pelea menos cada año, en 1995 ganó sus 5 peleas, 4 de ellas por nocaut y llegó por fin a una definición por puntos ante un discreto Marion Wilson en 10 rounds.





Su mayor conquista en ese año fue su victoria por KOT5 ante el temible y poderoso pegador Samson Po'uha, quien era por entonces una revelación de la talla de David Tua. También en esta pelea, Andrew obtuvo el infame mérito de aplicar el primer mordiscón de oreja, y que junto a sus rodillazos devendría en una lamentable "costumbre" posterior, y que pasarían a luego a la fama con la impronta propia del "Iron Man" Tyson.


A. Golota vs Samson Po'Hua - part 1


A. Golota vs Samson Po'Hua - part 2


A. Golota vs Samson Po'Hua - part 3



Sosteniendo una pelea que se le tornó adversa y venciendo convincentemente en el quinto, Golota comenzó a caminar hacia una pelea estelar en Atlantic City dentro del programa de las noches de los talentos jóvenes del peso completo (“Night of the Young Heavyweights”) de la cadena HBO. Esa chance le llegaría en 1996 ante uno de los apadrinados de Emmanuel Steward, Danell "Doc" Nicholson. Durante esa pelea Andrew Golota sorprendió de manera masiva al desenvolver un variado abanico de talentos boxísticos, dominando con el jab y manejando las acciones con estilo. No obstante esa superioridad técnica, Golota pensó que era mejor ganar de manera antirreglamentaria y aplicó uno de los cabezazos intencionales más ordinarios de los anales del boxeo.


Luego de reanudarse, Golota recuperó la calma y el fácil dominio del trámite, para obligar a la intervención del árbitro que decretó otro nocaut a su favor en el octavo. Al bajarse del ring, ya se hacían cálculos de la millonaria pelea que le aguardaba sin más, con el mas prestigioso boxeador de ese momento y estrella de la división Riddick "Big Daddy" Bowe. Era también el momento en el que Bowe planeaba un monumental cruce con Mike Tyson o con el campeón CMB Lennox Lewis, y era por lo tanto impensable que el ignoto y mañoso polaco representara alguna amenaza para el indiscutible rey de la división. Los apostadores lo veían favorito a "Big Daddy" por 10-1 y no parecía que exageraran. Pero lo que se vió en aquella primera pelea ante Riddick Bowe dejo tieso a todos los especialistas.



El joven polaco dominó tan ampliamente a Bowe que parecían invertirse los pergaminos. En la batalla de los jabs y combinaciones al cuerpo, en la refriega interna y hasta en las tretas antideportivas, "Andrew" le había dado clases al neoyarkino. Pero inexplicablemente, fue perdiendo de vista su objetivo de gloria para concentrarse en una vergonzoza obseción: querer romperle los testículos a su oponente. Pasando por alto más de quince golpes bajos, el referee Wayne Kelly decidió ver solo 5 de ellos, advirtiéndole y descontándole tres puntos hasta que no tuvo más remedio que descalificarlo. Había sido tánta la conmoción que todo terminó en una gresca generalizada arriba y abajo del ring, de la que el mánager de Andrew (Lou Duva) fue retirado en camilla.


El cáos tras el 7mo round de Bowe-Golota 1


La revancha inmediata, era el acontecimiento que todo el mundo del boxeo reclamaba a gritos. Y en el marco de una expectativa mediática infernal, aconteció solo 5 meses después. Fue otra reiteración de las grandes virtudes y los deleznables vicios del taimado polaco. El dominio táctico y estilístico de Golota fue aún más marcado y de hecho habría de conducir al ex campeón a un retiro boxístico de 8 años. A solo 3 minutos de imponerse en ese pleito, Andrew Golota volvió a apelar a las suciedades y se anotó el ignomioso galardón de ser el autor de la combinación más artera de tres golpes bajos de que se tenga memoria. Otra vez descalificación y bochorno.

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Ambos púgiles quedaron marcados de por vida. Como artífices de espectáculos innobles y ya resultó imposible lavar la imagen de Golota. No obstante el dinero pudo más que los dogmas morales y para octubre de 1997 el Caesar de Atlantic City fue el escenario de la primer chance por el título mundial, ante Lennox Lewis. a la sazón el monarca del CMB. Lewis intentó fijar una cláusula contractual que le permitiera el uso de una coquilla plástica con almohadillas especiales, y aunque el reglamento se lo impidió, obligó contractual y monetariamente al polaco a renunciar a esa práctica.


Se cuenta que Golota, consciente de su imposibilidad de cumplir lo pactado, se recluyó en oraciones hasta escasos minutos antes de comenzar la pelea. Subió prácticamente sin precalentar y temeroso de no poder cumplir su promesa, y perderlo todo, directamente se quedó parado y aguardó que el campeón lo despachara en solo 1,35" de combate. Tras este combate, quedó comprobada la fragilidad mental del europeo, que por desequilibrios de conducta, no pudo colocarse a la altura esos dos grandes desafíos. Luego de estas dos grandes oportunidades perdidas, Andrzej Golota echó por la borda su impecable foja y minó para siempre su confianza en su propio balance anímico.


Todas sus subsecuentes peleas, en las que se da la transcición de nuevas figuras que van poblando el primer nivel del firmamento boxístico de la categoría durante todos los noventa y la década actual, fueron bajo una enorme presión. De parte de sus rivales, que exigían árbitros especialmente rígidos y de si mismo, que quedó "atado" psicológicamente por su tendencia a los desbordes. Michael Grant, Mike Tyson, Chris Byrd, John Ruiz y Lamon Brewster, fueron las subsiguientes oportunidades y pesados fracasos que impidieron a Golota, acceder al honor legítimo en el que fácilmente podría haber transitado por el camino del respeto a las normas. Su vigencia reciente, ratificada ante Kevin McBride por el modesto cinturón nacional de la FIB, solo confirma a los 40 años algunos de los chispazos de antaño. Tenía las armas adecuadas para enfrentar a esos grandes rivales en igualdad de condiciones. Pero el río de la gloria pasó debajo de sus pies durante interminables años, sin que el "Mañoso Polaco" tuviera otra reacción más decidida y consciente, que la de descargarle año tras año, todas sus polutivas indecencias.

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