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Roldán - Hearns20 de noviembre de 1987
Miedo y coraje de Ganar Toda la Gloria
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Choque mortal por un pasaje a un lugar
glorioso de la historia, en 12 Rounds.
Pero ambos saben que el viaje será
mucho más corto
glorioso de la historia, en 12 Rounds.
Pero ambos saben que el viaje será
mucho más corto
"ARTILLERIA PESADA"
Roldán - Hearns20 de noviembre de 1987
Miedo y coraje de Ganar Toda la Gloria
Thomas "The Hitman" Hearns tenía un compromiso con su su propio pasado y con su deteriorada imagen deportiva. Después de perder sin atenuantes con Marvelous Marvin Hagler en 1985, la reconstrucción de su carrera lo llevó hasta Juan Domingo "Martillo" Roldán, numero dos del ranking mundial, pasando por un extraño periplo.El retiro de sus dos únicos verdugos (Hagler y Leonard) le había posibilitado ser campeón mundial de los Semipesados, una categoría que distaba 16,5 kilos de sus comienzos como profesional. Ese cinturón, que andaba holgado en su cuerpo, se sumaba a otros dos conseguidos entre 1980-1982, los de las divisiones Welters y Superwelter.Su mayor objetivo, el que le redituaría un lugar seguro en el salón de la historia, sería quebrar el sino que lo había mostrado inseguro y derrotado delante de sus grandes desafíos.No solo podia ser el primer boxeador en alcanzar cuatro títulos mundiales en distintas divisiones, podía lograrlo delante de un poderoso rival, el único que había puesto alguna vez en la lona a Marvelous Hagler..
''When I beat Roldan, it will erase all the criticizing I've been getting from people because of the fact that Ray Leonard and Marvin Hagler beat me. It seems like I get a lot of flak for that. People always bring up the two losses, and never what I've done. This fight will put me in the history books and put great thoughts in people's minds.''
"Cuando haya derrotado a Roldán, se borrarán todas la críticas que he recibido por el hecho de perder con Marvin Hagler y con Ray Leonard. Pareciera que eso me tiene desprestigiado. La gente siempre saca a relucir las dos derrotas, nunca todo lo que hice. Esta pelea me permitirá entrar en los libros de la historia y dejará una gran impresión en la mente de las personas". Thomas Hearns.
Juan Domingo "Martillo" Roldán también enfrentaba un agónico compromiso con su su propia carrera.
Tenía cumplidos los treinta años, pero hacía apenas cuatro que había desembarcado en el fantástico mundo de Las Vegas de la mano de Tito Lectoure y Bob Arum.
En esos cuatro años, apenas si tenía mostrado el poder de su pegada taladrante y letal en tres ocasiones, pero el prestigio sembrado en unas pocas peleas era tan contundente como sus puños.
La afición del mundo grande del boxeo reconocía al cordobés como un temible pegador y por lo tanto, uno de los más grandes y peligrosos escollos que tendría que sortear cualquier aspirante a heredar la gloria del cetro más preciado del boxeo moderno, detrás solo del de los pesos pesados: el cinturón de campeón mundial de la categoría mediano del Concejo Mundial de Boxeo.
Thomas Hearns le tenía mucho miedo a este compromiso. Por aquello que estaría en juego, esta pelea era a simple vista una de las más importantes de su vida. Y Hearns temía también a los puños somníferos de Roldán. Tanto como a su propio destino.
La "suerte" siempre lo había embarrado con un halo macabro de derrotismo, haciéndole aparecer como alguien incapáz de vencer en los grandes compromisos. Y Tommy sabía que esta pelea era uno de esos grandes compromisos.
Por otro lado, los puños de Martillo Roldán habían hablado claro. Apenas si juntaba tres peleas en Las Vegas, pero ya se podía contar que era el único que había puesto a dormir a Frank "The Animal" Fletcher, y a la vez el único -en la historia- que había revolcado a Hagler y por si quedaran dudas, era también el primero en noquear a James"the Heat" Kinchen, cosa que ni Iran Barkley (quien después noquearía dos veces a Hearns) había logrado y ni tampoco él mismo lograría en 1988.
Pero Juan Roldán nunca hizo bien las cuentas de lo que se jugaba. A su edad, ya se sabía jugado. Solo le faltaba encontrarse a si mismo. Había acabado una a una con las posibles amenazas de su medio nacional y a pesar del traspié sufrido con Hagler, no sentía aun haber encontrado un techo.
Pensaba que la derrota con Hagler se podía atribuir a su mala estrategia de pelea, que lo llevó a gastarse antes de tiempo, o por caso a la malicia de Marvin, que le restregó el pulgar de su guante en el ojo cuando se vió en peligro.
Por todo eso Martillo estaba más consciente de sus limitaciones boxísticas delante de los grandes de una época dorada del boxeo, y del primer nivel mundial, que de la verdadera fuerza anestésica de sus ganchos. Más allá de su rudimentario andar, ahora más visible en el contraste con semejantes monstruos, su munición seguía causando estragos.
Hearns tuvo miedo durante toda la pelea. Le anduvo escapando a los cruces que "Martillo" salió a proponerle y se aferró a él desesperadamente, como a una tabla de salvación.
Mills Lane se dedicó a ignorar con indecorosa pasividad las numerosas infracciones y artimañas a las que "The Hitman" hechó mano en cada clinch.
La tensión del terror que se observa en el rostro de Hearns, ante el inminente acierto de un golpe de gracia por parte de Juan Domingo Roldán, desencaja y contrasta con su vacía mueca de distensión que sucede al final del pleito.
La ficha de la alegría le cáe después.
El coraje de guapear había nublado el seso de Roldán para rematar a "La Cobra" en el momento en que la tuvo a su merced. Luego, el terror animal a la muerte cercana, obligó al animal a que largara su fulminante ponzoña de manera eléctrica. Sin darle tiempo a nada. El miedo le ganó al coraje.
Casi como siempre.
''One thing's for sure: I have something Ray Leonard doesn't have. I have something Marvin doesn't have. I have something no other man in history has. I'm No. 1.''
"Una cosa es segura: tengo algo que Ray Leonard no tiene. Tengo algo que Marvin no tiene. Tengo algo que ningún otro hombre en la historia tiene. Soy el No.1" Thomas Hearns.
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