Mariano Carrera
Adrenalina En Suspenso
Mariano Natalio "Adrenalina" Carrera edificó su oportunidad de combatir por el título mediano de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), después de transitar los caminos del boxeo profesional argentino durante más de cinco años. Con un record de 29(20Ko's)-4(1Ko)-0 y con 26 años cumplidos, llegó a la capital alemana en diciembre del año pasado para medirse con un experimentado campeón español, Javier "El Lince de Parla" Castillejo, que a los 38 años, ostentaba un título recientemente (solo cuatro meses antes) recibido de las manos del alemán Felix Sturm, quien a su vez lo había tomado del norteamericano Robert "Push Up" Frazier, cuando ese cinturón fue dejado dejado vacante por Oscar De la Hoya, con quien el propio Sturm había tenido una pelea anterior en Las Vegas, que para sorpresa de muchos terminó con fallo unánime para De la Hoya, pero en la que el alemás tuvo un papel bastante más que decoroso.
El lugar elegido para este combate fue el estadio del impresionante complejo hotelero Estrel Convention Center, donde habitualmente se efectúan las mayores galas del boxeo berlinés y donde ese mismo año 2006 también transcurrieran otros eventos de magnitud, por caso: Robbie Williams, Madonna, Gwen Stefani o Shakira.
El árbitro elegido fue el panameño Guillermo Pérez Pineda y el jurado se completaba con un sueco, un estadounidense y un japonés.
Como se espera de un monarca en su primera defensa, Castillejo empezó la pelea mostrando mayor solidéz que el argentino. Luego de breves pasajes de "estudio" fue Castillejo el primero en intentar tomar el dominio de la pelea. Su trabajo no se presentaba sencillo ya que Carrera, con su talla de 1,83m y su mayor alcance de brazos, parecía descubrir muy tempranamente la comodidad de trabajar desde la protección de la distancia y en una pose de contragolpeador sobre las ténues arremetidas que, cada vez con más frecuencia iba a tener que presentarle su rival. La paridad prevaleció durante la primera parte de la pelea.
Muy pronto Carrera le descubrió otra vuelta importante al destrabe de su labor. Debía ser él, el que se moviera constantemente hacia los costados y dejarle el jab a su adversario, para contestarle luego con golpes rápidos, largos y de cierta potencia. En ese planteo, el campeón se vería en la impropia situación de ser el que tuviera que salir a achicar los espacio y dejara la impresión de que su retador no "hacía" demasiado para brindarse por el espectáculo. Un golpe bajo por parte de "El Lince" sobre el final del primer round pasó sin el descuento de punto.
La pelea entonces, quedó determinada por esa leve ventaja de estatura del boxeador de San Isidro y el acomodamiento rápido de las posiciones y trabajos del ring, aseguró una pelea entretenida y pareja donde cada movimiento ofensivo tenía una respuesta contraofensiva de peso equivalente. Dado el predominio de la larga distancia, fueron -llamativamente- muy escasos los golpes "de desgaste" (al cuerpo), situación que a la larga estaría de parte del argentino. Tratando de no quedar mal parado ante las réplicas potentes de Carrera, Castillejo se vió palanqueando la cabeza de su rival luego de "pasar de largo" con sus derechas, lo que fue notado por Pineda. En el cuarto round, el oriundo de Parla ya notó que era más que necesario encontrar alguna forma de llegarle al cuerpo a su rival. Arriesgando un poco más que en las vueltas anteriores, Castillejo direccionó sus envíos hacia los flancos inferiores de Carrera y dejando de lado el jab, reservó todas las energías para los instantes de mayor proximidad al blanco. En esta situación de mayor intensidad de trabajo del español durante la corta distancia, se coló un segundo golpe por debajo de la línea del cinturón de Carrera, que esta vez motivó la pérdida de un punto señalada por el referee.
Así sentado el desarrollo del encuentro, a medida que pasaron los rounds se hizo cada vez más clara la ventaja posicional y táctica que tomaba Carerra, o mejor dicho, que cedía el español. Solamente restaba saber si esa claridad evidente, se consumaría de forma categórica antes del final de la pelea. A partir del quinto asalto Carrera comienza a descubrir otra variante: podía limitarse solamente a lanzar su gancho y su cross de izquierda, ya que con eso repelía el acercamiento de Castillejo -quien no cesaba de ir a buscarlo-, pero a la vez lograba desarmar la guardia del Lince, y abría claros por los que podía meter algún derechazo recto hacia el rostro del español, golpe al que pronto le tomaría el gusto.
Hacia el septimo round Castillejo comenzaba a penar aquella falta de castigo al cuerpo de Carrera. Mostraba síntomas de una creciente ineficacia y lentitud de traslado, sus guantes estaban algo separados delante del rostro no brindando la segura protección contra el golpe favorito del rival, y se le percibía una peligrosa tendencia a no reparar en la paciencia desgastada del árbitro panameño. Su ruta para acercarse a Carrera debió ser, desde principio, la del envío de golpes ascendentes y no de jabs. Tanta incomodidad táctica terminó al fin por convencerlo. A partir del octavo fue Castillejo el que impuso el traslado de las acciones hacia una zona intermedia, donde presionó con mayor decisión que su rival, y logró conectarle varios potentes, voleados por arriba y por debajo de la zurda de Carrera, con lo cual regresó a su receta inicial de trabajar sobre la zona alta y no al cuerpo. Esa modificación táctica sobre la marcha no le trajo beneficios decisivos al español. Creció en las tarjetas y estaba forzando un final cerrado, que normalmente iría a favorecerlo por su condición de campeón. Pero su mayor desgaste y su abandono del trabajo al cuerpo del oponente, en la medida en que no pudiera colocar una mano definitoria, iba a terminar minando su capacidad de respuesta sobre los rounds finales del combate. Y eso ocurrió. Carrera soportó a pié firme los embates del madrileño y respondó con algunos directos que sembraron incertidumbre en la esquina del campeón. Para complicar más el panorama, sobre el décimo round un nuevo golpe antireglamentario de Castillejo le sumó otro punto de descuento y lo colocó al borde de la descalificación.
El final transcurrió con Carrera proclive a teatralizar cualquier golpe cercano a su cintura y con Castillejo ahogado en una indecisión de no saber que camino tomar: si buscar el nocaut con una mano voluptuosa y dificil de conectarle a un blanco tan movedizo y lejano, u optar por la senda más segura de castigar con mayor constancia al cuerpo, dejando una buena impresión en vistas al fallo final y aprovechando la necesidad de recorrido que tienen los golpes que tira Carrera, pero incluso hacer esto último, entrañaría el peligro accidental de asestar otro golpe a la zona prohibida y perderlo todo.
Castillejo no se decidió nunca y en el undécimo round Carrera volvió a lo que pareció perder de vista durante lo dos rounds anteriores, conectó ganchos y crosses, abrió la guardia del campeón, y asestó uno tras de otro, un alud de derechazos por una puera abierta que tuvo que cerrar la intervención del referee faltando poco más de un minuto para el final de esa vuelta. KOT11 y las manos vacías para el español que intentó protestar la "temprana" detención de las acciones. La reiteración de las imágenes del round, no dejan duda sobre la indefesión de Castillejo ante el aluvión de de golpes por parte de su rival y su consiguiente nocaut técnico.
Así sentado el desarrollo del encuentro, a medida que pasaron los rounds se hizo cada vez más clara la ventaja posicional y táctica que tomaba Carerra, o mejor dicho, que cedía el español. Solamente restaba saber si esa claridad evidente, se consumaría de forma categórica antes del final de la pelea. A partir del quinto asalto Carrera comienza a descubrir otra variante: podía limitarse solamente a lanzar su gancho y su cross de izquierda, ya que con eso repelía el acercamiento de Castillejo -quien no cesaba de ir a buscarlo-, pero a la vez lograba desarmar la guardia del Lince, y abría claros por los que podía meter algún derechazo recto hacia el rostro del español, golpe al que pronto le tomaría el gusto.
Hacia el septimo round Castillejo comenzaba a penar aquella falta de castigo al cuerpo de Carrera. Mostraba síntomas de una creciente ineficacia y lentitud de traslado, sus guantes estaban algo separados delante del rostro no brindando la segura protección contra el golpe favorito del rival, y se le percibía una peligrosa tendencia a no reparar en la paciencia desgastada del árbitro panameño. Su ruta para acercarse a Carrera debió ser, desde principio, la del envío de golpes ascendentes y no de jabs. Tanta incomodidad táctica terminó al fin por convencerlo. A partir del octavo fue Castillejo el que impuso el traslado de las acciones hacia una zona intermedia, donde presionó con mayor decisión que su rival, y logró conectarle varios potentes, voleados por arriba y por debajo de la zurda de Carrera, con lo cual regresó a su receta inicial de trabajar sobre la zona alta y no al cuerpo. Esa modificación táctica sobre la marcha no le trajo beneficios decisivos al español. Creció en las tarjetas y estaba forzando un final cerrado, que normalmente iría a favorecerlo por su condición de campeón. Pero su mayor desgaste y su abandono del trabajo al cuerpo del oponente, en la medida en que no pudiera colocar una mano definitoria, iba a terminar minando su capacidad de respuesta sobre los rounds finales del combate. Y eso ocurrió. Carrera soportó a pié firme los embates del madrileño y respondó con algunos directos que sembraron incertidumbre en la esquina del campeón. Para complicar más el panorama, sobre el décimo round un nuevo golpe antireglamentario de Castillejo le sumó otro punto de descuento y lo colocó al borde de la descalificación.
El final transcurrió con Carrera proclive a teatralizar cualquier golpe cercano a su cintura y con Castillejo ahogado en una indecisión de no saber que camino tomar: si buscar el nocaut con una mano voluptuosa y dificil de conectarle a un blanco tan movedizo y lejano, u optar por la senda más segura de castigar con mayor constancia al cuerpo, dejando una buena impresión en vistas al fallo final y aprovechando la necesidad de recorrido que tienen los golpes que tira Carrera, pero incluso hacer esto último, entrañaría el peligro accidental de asestar otro golpe a la zona prohibida y perderlo todo.
Castillejo no se decidió nunca y en el undécimo round Carrera volvió a lo que pareció perder de vista durante lo dos rounds anteriores, conectó ganchos y crosses, abrió la guardia del campeón, y asestó uno tras de otro, un alud de derechazos por una puera abierta que tuvo que cerrar la intervención del referee faltando poco más de un minuto para el final de esa vuelta. KOT11 y las manos vacías para el español que intentó protestar la "temprana" detención de las acciones. La reiteración de las imágenes del round, no dejan duda sobre la indefesión de Castillejo ante el aluvión de de golpes por parte de su rival y su consiguiente nocaut técnico.
Carrera dio positivo tras vencer al español Javier Castillejo el día 2 de diciembre de 2006 en Berlín, en un combate en el que el boxeador europeo expuso la corona de peso mediano de la AMB. El título fue restituido a Castillejo y el organismo suspendió por seis meses al argentino, pero la sanción fue reducida a cuatro meses al hacer lugar a una apelación. La AMB indicó en un comunicado que el argentino, que dio positivo por consumo de "clembuterol", "incurrió involuntariamente en un caso de dopaje" y "no tuvo intención de obtener ventaja deportiva", por lo cual ha determinado que se considerará "sin decisión" el resultado del combate, que terminó por K.O. técnico en la undécima vuelta. Mario Margossian, representante de Carrera, afirmó que el objetivo de éste es "recuperar la corona".
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