domingo, octubre 26, 2008

Tributo a Alí, by George Foreman


Tributo a 
Muhammad Ali
por George Foreman





El boxeo ha sido y es, hasta hoy, un lugar demasiado pequeño para Ali. Decir que fue el mejor boxeador de todos los tiempos es casi apartarse de los hechos. Seguro que Ali sabía boxear, y que fue tres veces campeón del mundo. Seguro que en el boxeo su jab de izquierda fue el mejor de todos los que yo haya tenido enfrente. Y que su habilidad para colocar los golpes no tiene parangón en la división de los peso pesados.





Cuando uno lo veía entrenar o de joven en un ring, pensaría que por su velocidad de pies y manos que estaba viendo a un liviano. Verlo hacer esos pasos era magia pura. Hay un viejo dicho en nuestro deporte que reza "el mejor boxeador del mundo es malo si no lo conoce nadie;" Alí hacía que cada pelea suya fuera la mejor, porque las promocionaba como si cada una fuera una pelea de campeonato. A causa de eso, los promotores soñaban solamente con llegar a tener una de sus peleas. La garantía de que los fans comprarían sus combates hacía que las bolsas reventaran. Tanto que las ganancias rebalzaban hacia otros deportes.


Pero en boxeo siempre habrá otros que lleguen y pasen con la misma velocidad de manos y de pies; y los sueños de los promotores tambien van a ir y venir como hemos visto con Tyson. Y han aparecido otros que también han logrado ser tres veces campeones; hemos visto a Holyfield. Como dije antes, así es el boxeo. ¿Quién fue el mejor de todos los tiempos? Dejemos eso para algún boxeador.




Pero Muhammad Alí era, y es, demasiado grande para el boxeo. En todo caso fue el más grande hombre que se dedicó boxear, fue el mas grande hombre de mi época en actuar en películas, el más grande hombre para dar un discurso, escribir un libro, el mas grande hombre que ganó una medalla olímpica, y el más grande hombre que encendió la antorcha olímpica. Digo el más grande hombre porque nunca ha existido un hombre tan joven y tan bueno en lo que hacía, y que dejara tanto. Por los días en que los actores, atletas, políticos y líderes mundiales andaban intentando dar su cara para vender gaseosas, Alí tomó una posición. Y sabía que eso haría que esas grandes marcas de gaseosas le dieran la espalda. Incluso otros atletas le dieron la espalda, junto con líderes mundiales también. Y entonces todos tuvimos que salir a mirar qué era lo que estaba haciendo y a amarlo por lo que hacía.


Aunque Alí jamás llegaría a vender una gaseosa, hizo que los indeseables, los desamados, tomaran la gaseosa con eso que nunca tuvimos antes de él - dignidad.

Si, todos nos miramos en el espejo y por aquello que él hacía, dijimos "Yo sabía que era lindo." Aprendimos a bajar el pié a la tierra y a decir "no". Cerramos los puños, incluso yo también lo hice: levanté mi bandera y dije también "No me importa lo que digas de mi, o lo que me hagas, lo hago porque tengo que hacerlo, porque creo en ello." Alí fue el precursor. También hoy en día hay atletas que adoptan una posición o incluso hay alguno que se cambian de nombre. Actores que tienen un discurso de barricada para cualquier tema que les interese. Políticos que se hacen ver rodeados de indigentes, aunque solo para la foto. Yo digo que el boxeo es demasiado poco para Muhammad Alí. Alí cambió al mundo mismo; y no hay boxeador que pueda llegar a conseguir eso.

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El solía decir: "Yo soy bello."
No, eso es poco: eres hermoso.
El siempre decía "yo soy el rey." 
No, no es tan así, mister, 
los reyes van y vienen. 

Y tu eres todo eso 
por lo que America lucha, 
la mismísima palabra 



Libertad.
















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