Miguel Angel Cotto es el mismo peleador. Es el mismo que alguna vez trajinara para doblegar a rivales de segundo escalón, como Lovemore N'dou en 2004 o Paulie Malignaggi en 2006 y que fuera construyendo casi sin proponérselo, su propia marca personal en torno al estilo desbordante, de acoso constante, aveces sofocante, al enorme volúmen de actividad, al desgaste del rival y al contínuo contacto corporal.
Eso es algo que se le vió hacer durante el 2007 y que fue palpable en alguna que otra laboriosa, aunque siempre inobjetable, victoria ante Oktay Urkal o Shane Mosley. Y es el mismo que resultara penalizado por golpes bajos pero vencedor en aquella pelea con Zab Judah hace menos de un año.
En un exceso de simplismo se podría decir de Miguel A. Cotto, que es el boxeador que "va siempre para adelante," al roce o a buscar el contacto. Pero en un sentido más exacto o acorde con la realidad más reciente, se deberá decir que Cotto es el boxeador que más allá de ir siempre para delante, siempre va "evolucionando". No hay otra forma de interpretar su carrera. En esta última victoria conseguida el pasado sábado 12 de abril ante el mexicano Alfonso Gomez, en la gala de los pesos welters de Atlantic City, se pudo ver al último modelo de la marca Cotto. Con notables mejoras y re-styling en casi todos los rubros, pero manteniendo su esencia. La esencia del apego al esfuerzo y a la exultante voluntad por cumplir siempre su trabajo a consciencia y con eficacia.
El mexicano Alfonso "S" Gómez ha podido comprobarlo. Y no es que Alfonso Gómez sea"cualquier rival". Es alguien que al menos ha sabido juntar la temeridad o resolución que no han mostrado todavía ni Oscar de la Hoya ni Floyd Mayweather Jr., y es un duro boxeador de 27 años, diestro, que venía trayendo tres nocauts -uno al mismísimo Arturo Gatti- en sus últimas cuatro presentaciones. Y sin prejuzgar sus chances previas se subió a un mismo ring con el portorriqueño más carismático desde Wilfredo Gomez, pensando en hacer él tambien su propio trabajo.
Pero este Cotto versión 2008 ha resultado de una dimensión inaccesible para sus modestos recursos. Porque vino a darse una pelea que puede ser bisagra para la coronación de uno de los campeones más sólidos del presente. Con la misma prestancia de los campeones que atrapan la adoración de propios y extraños. De esos que surgen en todas las décadas, pero que no abundan. Con el magnetismo de los grandes.
Porque Cotto es un campeón que infunde en sus seguidores una confianza muy difícil de encontrar por estos días y que inspiran los campeones que dependen enteramente de si para resolver sus peleas. Cotto es ese boxeador que uno sabe que dará todo y lo hará con júbilo.
Cotto es el campeón jubiloso. Un alegre trabajador que al momento de marcar la tarjeta de salida, querrá decirse siempre "tarea cumplida", y quedar satisfecho aguardando las seguras muestras de aprobación que su "obra" va a despertar por una simple razón. Está realizada con mucho empeño, ganas y mucha convicción.
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Cotto dominó
casi sin transpirar
El segundo plato fuerte de la noche del Boardwalk Hall de Atlantic City - New Jersey, con HBO a través de Combate Space para Sudamérica, está cargado de emotividad. La atmósfera creada con amplia mayoría de latinos y preminentemente borícua, está llegando al tope de su climax. Salen los boxeadores: primero el de Guadalajara-Jalisco, el retador Alfonso Salvador “S” Gómez (18-3-2 / 66,500K) que luce -quién lo diría- el auspicio de la Universidad de México en su bata y el escudo mexicano en una bandana sobre su frente. Luego, en medio de atronadora algarabía, lo sigue el gran campeón del momento, el de Caguas-Puerto Rico y titular de la faja welter de la Asociación Mundial de Boxeo, Miguel Angel “Junito” Cotto (31-0-0 / 66,700K).
Reiterándonos el apoyo que nos brinda la omnipresente marca de cerveza Tecate, Lupe Contreras (quien reemplaza al ausente Michael Buffer) tensa la cuerda de la gran expectativa generada por esta gran pelea, al decir que se ha de resolver quién es “El Más Macho”... Randy Neumann es presentado como árbitro del match y la terna de jurados tiene dos norteamericanos y un sudafricano. Al ir hacia el centro del ring, Cotto se ve saltarín y con gesto adusto, Gómez parece más tranquilo y quieto.
Miguel A.Cotto vs Alfonso S.Gómez
La pelea.
Round 1. Cotto sale a “punzar” sus ataques. Prepara su posición para lanzarle ataques ligeros y combinaciones de golpes. Eso pone a Gomez en la tarea de neutralizar más que de construir su propio plan de pelea. Cotto golpea y se repliega con gran habilidad para no exponer su cuerpo. Gómez no logra achicar la distancia. Lo busca. Entonces Cotto suma más traslado a su de por sí contínua movilidad. Sobre el final, un golpe seco de el de Caguas desestabiliza a un mal parado Gómez. Parcial 10 x 9 Cotto.
Round 2. El mexicano, que está un poco errático en los desplazamientos, busca achicar espacios. Cotto recuerda a los mejores estilistas, le entra y sale casi con total impunidad. “S” le tira manos abiertas y ganchos para obligarlo a conceder una menor distancia y termina recibiendo directos. Pero la clave no es la distancia sino la postura de uno y otro. Cotto lo aventaja desde su postura de piernas, perfilamiento y colocación de sus guantes de guardia, luego se mueve levemente hasta encontrar la mejor medida de recorrido para cualquier golpe posible (tiene todo el repertorio de ellos), y luego dispara con total efectividad. Y no un golpe, sino una combinación de ellos. A 0:44 del cierre Cotto toma de pleno en la cara a Gomez cuando este se le venía al ataque. Cáe y se levanta, atraviesa la vuelta a duras penas.
Parcial 10 x 8 Cotto – Sumatoria: 20 x 17 Cotto.
Round 3. Cerca o lejos, Cotto pega y daña manteniendo su excelente disposición defensiva. Ya se ve acercar el final. Fugazmente, al promediar la vuelta hay un intercambio de corta distancia, casi un palo por palo totalmente innecesario de parte del campeón. El minuto final es un concierto táctico. Cotto pega a voluntad, gira, entra, sale pegando, va y viene. Ganchos y más directos. Quedando escasos segundos para cerrar el round dos certeros ganchos dieron cuenta otra vez del mexicano. La campana detiene la cuenta en 5.
Parcial 10 x 8 Cotto - Sumatoria: 30 x 25 Cotto.
Round 4. Cotto sale hacia la segunda fase de su faena, la definición. Sin esforzarse consigue dar la impresión de estar castigando a un inexperto sparring, en una sesión entrenamiento. Ahora, la palabra “paliza” se estará deslizando por la lengua de infinidad de aficionados. El público exige el KO. Gómez empieza a verse en un ataud y reacciona valerosamente jugándose el resto. Cotto sube la potencia de sus golpes hasta el modo violento. “S” acumula mucho castigo solo por no entregarse, hace rato que se acabó la pelea. En el intervalo hay preocupación en su esquina y en los veedores del encuentro.
Parcial 10 x 9 Cotto - Sumatoria: 40 x 34 Cotto.
Round 5. Cotto lleva el timón de la pelea. Gómez tira sus últimos disparos al aire. Hay un absoluto dominio posicional, sobre todo de piernas. El campeón insiste con su golpe más efectivo de la noche, el gancho. A 1:10 del fin del capítulo hay una izquierda en punta, perfecta, y otra vez al piso el retador y otra vez se reincorpora. Ahora Cotto le baja la guardia por el espectáculo. Con las varias caídas que le ha producido sin un mayor esfuerzo, lo suyo ya está hecho. Suben al ring otra vez los médicos y veedor. Parcial 10 x 8 Cotto – 50 x 43 Cotto.
Round 6. No hay pase médico para el mexicano, su ojo y pómulo derecho están muy inflamados. No hubo ninguna equivalencia. El de Caguas ganó casi sin transpirar.
Según él mismo “-El entrenamiento ha sido la clave”. Los caminos se cruzarán en breve por la unificación AMB/FIB con el vencedor de la otra manga, Antonio Margarito, quizas para el próximo 22 de julio en los Estados Unidos. No hay muchas otras carteleras que puedan ofrecer esta clase y este nivel de excelencia mostrado en esta noche por Antonio Margarito y Miguel Cotto
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