Hearns-Leonard 2, Como dos extraños

12/06/1989 - Caesar Palace, Las Vegas

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La reedición de este viejo clásico del boxeo de todos los tiempos, titulado "LA GUERRA," que llega recién a finales de la década del 80, es un gran logro del emprendimiento de la Top Rank Inc de Bob Arum, de ESPN, de Budweiser y del Caesar Palace. Porque a la vista de lo que siguió tiempo después en la carrera de Thomas Hearns y Sugar Ray leonard, no significó mucho más que eso. Fue básicamente un evento de producción y de montaje eminentemente comercial, "salpimentado," eso si, con el prestigio fuerte de dos verdaderas leyendas. Pero no fue en cuanto a drama y tracendencia, el esperado choque que todo el mundo esperaba ver desde hacía tanto tiempo y que en honor a ese clamor popular, debió haber sucedido entre 1982-1984. Tal pelea -la que nunca se concretó- hubiera llevado sin dudas a la apoteósis de esta clásica rivalidad. Este acto de 1989 en cambio, fue un modesto combate al servicio del entretenimiento, que termina entregando casi una parodia de si mismo y con una faceta más mundana, termina por desdibujar algo que debía ser decididamente mítico.

No fue la realización del gran sueño. Fue apenas la concreción tardía de un fabuloso negocio que había sido postergado por desencuentros económicos y que por eso llegó tarde y a cualquier precio, con cualquier pretexto y en cualquier peso, salvando graves ausencias y falencias, forzando los reglamentos, y ocultando todo bajo el manto colorido y farandulesco de la noche y los dólares de Las Vegas.

A la altura en que andaban las respectivas carreras, el reencuentro vino finalmente a darse en una categoría recientemente inaugurada, la de los supermedianos, de la cual ambos eran -cuestionablemente- los primeros campeones reconocidos (Leonard por el CMB y Hearns por la OMB) y en la que ambos aparecían igualmente extravagantes. El límite de esa categoría era el de 168 libras (76,2 kgs.) y en los años 70´algunos lugares la habían definido con un nombre que resonaba contradictoriamente: "Junior Light Heavyweight". En nuestro medio se la llamaba semipesados. Eran 10 kilos por arriba del peso en que ambos habían sostenido el primer combate, en ese mismo lugar, hacía menos de 8 años atras: el 16 de septiembre de 1981, por la corona unificada de los welters. Y eran 13 kilos hacia arriba de lo que Leonard y Hearns habían mantenido durante la primera etapa de sus carreras, profesional uno y amateur el otro.

El legado de Ray Sugar Leonard, quizas uno de los boxeadores más dotados que jamás se haya visto arriba de un ring, debió haberse cerrado antes de esta pelea. Solamente dos años antes había protagonizado la hazaña de volver de un prolongado retiro, a causa de su problema de desprendimiento de retina, (realizó 1 sola pelea entre el 15 de febrero de 1982 y el 6 de abril de 1987, esto es: más de 5 años) para tocar el cielo con las manos al vencer a Marvin Hagler (dd12) , cortándole la racha de sus 13 defensas consecutivas y destronándolo de su título Mediano CMB, en la mejor pelea de su vida. Para ello tuvo que saltar de las 145 libras de 1982, a las 150 de 1984 (ko9 ante Kevin Howard), para llegar a las 160 en esa pelea de 1987 (Marvin Hagler). Ray Sugar era un compendio de boxeo, que podía salir a pegar o podía controlar a sus rivales a la distancia, era astuto, poseía una inusitada velocidad mental y de reflejos, movía rápido sus piés y sus manos, pero además tenía un mentón durísimo y derrochaba valentía a partir de su corazón gigante. Millones lo amaban por eso. Era un eximio definidor y noqueador, que podía cambiar de roles y de planes en medio del combate y ser contragolpeador o estilista o imponerse en el palo por palo, con gran ductilidad y con gran eficacia. Pero no supo ver a tiempo el momento de su retiro. Luego de Hagler, en una pelea teñida por la sospecha, subió hasta las 167 libras y venció a Donny LaLonde en 1988, (el árbitro paró la pelea en el 9no. round de manera muy controvertida) apoderándose del título semipesado que pondría en juego en esta pelea ante Thomas Hearns. Luego, en el curso de los siguientes 8 años no volvería a protagonizar más que sucesos para el olvido: un triunfo ante Roberto durán por decisión (1989), derrota por decisión ante Terry Norris (andando por el piso y de manera indecorosa para semejante campeón) y otra última derrota, bochornosa, ante Héctor "El Macho" Camacho en 1997.

La carrera de Thomas Hearns en 1989, ya tenía las mellas elocuentes de dos terribles TKO3: el de Marvin Hagler en 1985 y el de Iran Barkley en 1988. Pero su llegada a los planos divisionales superiores a las 168 libras, y su posterior campaña no fueron en la misma dirección de debacle. El Hearns post-Leonard es uno que todavía conseguirá los títulos de campeón mundial Semimediano de la AMB (1991), Crucero de la NABF (1994) y de la UMB (1995), y Crucero unificado (?) de la OIB (1999). Que disputará otras 17 peleas pro, con 15 victorias (10 KO) y solo 2 derrotas (1 tko2 ante Uriah Grant en el 2000) . "The Hitman" se retiró definitivamente en el 2006 con una trabajosa victoria por KOT12 ante Shannon Landberg. Indudablemente que los mejores días de su historia grande dentro del boxeo, habían transcurrido antes de superar la barrera de los 30 años, de las 160 libras y de su terrible caída ante Hagler.

No queda mucho más por apuntar, ya que la trayectoria de ambos púgiles que por entonces superaban la barrera de los treinta años (Hearns 30 y Leonard 33), nos exime de rasgar demasiado en sus segundas partes, donde las lúgubres cacofonías deslucen un poco a las que otrora fueran inmortales sinfonías, aunque extingue también -con piadoso desinterés-, la poca chispa de dicidencia y de controversia desatada por aquel fallo, voluntarioso, bien al estilo de Las Vegas, que hasta pareciera que coqueteaba con la idea de no bajarle definitivamente el pulgar a una tercera remake entre los dos.

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